Y no me refiero a seres extraños nacidos de la imaginación, personajes de cuentos, películas de terror o leyendas ancestrales… Las criaturas de la noche, bailan incansables, beben lo que el cuerpo aguante y, conscientes o no, rasgan el silencio nocturno, esa quietud oscura… El sonido de fondo de las olas que acunan el sueño