El mes de Febrero ha llegado y su primer fin de semana en San Sebastián suele ir acompañado de las composiciones musicales del maestro Raimundo Sarriegui.
Entre los tambores del día de San Sebastián y los colores y alegría del Carnaval, disfrutamos de un fin de semana de festejos que no es tan multitudinario.
El temporal Helena se sumaba a la fiesta, con una previsión metereológica que nos iba a hacer luchar contra viento y marea.
La mañana despejada del viernes nos ofrecía una vista ‘desnuda’ de la Noria, ya que por precaución y ante la amenaza de fuertes rachas de viento, la despojaron de sus góndolas.
El sábado por la noche llegaron a la ciudad los Caldereros de la Hungría. Enviados por el Dios Momo y a golpe de sartén y martillo acamparon por las calles anunciando la llegada del Carnaval.
San Sebastián fue lugar de paso, parada y fonda de diferentes tribus nómadas, artesanos que reparaban utensilios y cacerolas de metal. El día de la Candelaria de 1884 algunos donostiarras quisieron conmemorar o imitar la llegada de estos caldereros y Sarriegui compuso varias piezas para la ocasión.
El domingo la música de Sarriegui volvió a inundar las calles y las comparsas de Inudeak eta Artzaiak bailaron a su son. Este día recuerda el galanteo entre nodrizas y pastores cuando éstos últimos venían a la ciudad. Un desfile en el que cada composición de Sarriegui va acompañada de una pequeña representación que muestra los diferentes momentos del cortejo y escenas cotidianas de las nodrizas y los bebés que cuidan.
Hoy lunes poco a poco todo vuelve a la normalidad. El mar está en calma, hemos visto el sol y la Gran Noria ha recuperado su actividad.
Un fin de semana muy alegre!!!